martes, 24 de agosto de 2010

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro-
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme “¿Qué tal?” y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.

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Sentir no quiero
la cascada de tu risa
navegando en mi recuerdo
y la cadena de tus brazos
arropándome en tu pecho.

Sentir no quiero
tu palabra enamorada
acariciando mi lamento;
y la lluvia de tus montes
seduciendo mis silencios.

Sentir no quiero
tus colinas encrespadas
devorando mis desiertos;
y el oasis de ternura
que tejes con el beso.

Sentir no quiero
el alcón de tu mirada
desafiando mis intentos
y el amor de tu capricho
galopando en mis inviernos.

Sentir no quiero
el perfil de tu silueta
esculpiéndose en mi huerto;
y la mujer que se somete
al primer roce de tu fuego.

Sentir no quiero
la agonía que se siente
al sentir que no te tengo...

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Tu sabes como es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejare de quererte poco a poco.
Si de pronto me olvidas
no me busques
que ya te habre olvidado.
Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazon en que tengo raices,
piensa
que en este dia,
a esa hora
levantare los brazos
y saldran mis raices
a buscar otra tierra.
Pero
si cada dia,
cada hora
sientes que a mi estas destinada
con dulzura implacable.
Si cada dia sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mio, ay mia,
en mi todo ese fuego se repite,
en mi nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estara en tus brazos
sin salir de los mios...

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