El Demonio vino a mi cuarto
esta mañana a visitarme,
y buscando cogerme en falta
dijo: "Quisiera yo saber
cuál de entre todas las bellezas
que constituyen su atractivo,
de entre objetos negros y rosas
que hacen su cuerpo encantador,
es el más dulce". -- ¡Oh, alma mía!
Tú al enemigo replicaste:
"Pues es bálsamo todo en ella,
nada se puede preferir.
Cuando todo me encanta, ignoro
si alguna cosa me seduce.
Ella deslumbra cual la Aurora,
y ella consuela cual la Noche.
Y la armonía de su cuerpo
es exquisita en demasía,
para poder analizar
en ella acordes tan diversos.
¡Oh mística metamorfosis:
se funden todos mis sentidos
en uno! ¡Es música su aliento
como su voz es el perfume!".
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